Hay días en los que el mundo pesa más de lo que nuestros hombros pueden sostener. Días en los que el aire parece más denso, las horas más largas y la energía más corta. Y no pasa nada… está bien sentirse así.
Lo importante es recordarte que no estás solo, no estás sola.
Tu alma también necesita descanso, un respiro, un recordatorio de que incluso en medio de la tormenta, sigues siendo luz.
Cierra los ojos un momento, respira profundo…
Eso que sientes en tu pecho, esa mezcla de cansancio y esperanza, también es vida. Y la vida nunca deja de moverse, nunca deja de abrir caminos.
🌸 Hoy quiero regalarte estas palabras sencillas:
No necesitas ser fuerte todo el tiempo.
Tu valor no se mide por lo productivo que fuiste hoy.
Está bien detenerte, suspirar y simplemente ser.
Permítete unos segundos para abrazar tu propio corazón, como si fueras tu mejor amigo. Porque lo eres.
Recuerda: la oscuridad nunca es eterna, siempre llega la luz. Y aunque a veces tarde un poquito más, siempre regresa para recordarte que dentro de ti habita algo más grande que cualquier dificultad: la capacidad de renacer una y otra vez.
Que estas palabras sean como una brisa suave para tu alma cansada. Y si hoy solo puedes hacer una cosa, que sea recordarte con amor: “Estoy aquí, sigo de pie, y eso ya es suficiente.” 💫